No es fácil que un animal
recién llegado a una casa, después de haber pasado por vaya usted a saber qué,
se adapte fácilmente a sus nuevos responsables. Tampoco lo es para los
integrantes de la familia. La adaptación, por lo general, tiene que ser mutua.
Y los animalitos, normalmente, suelen llegar con traumas o miedos que hay que
resolver para que todos los integrantes de la familia, incluido el recién
llegado, puedan disfrutar plenamente de su nueva vida en común. Y lo digo por
experiencia propia.
Por otro lado, o por el
mismo camino, a finales del año pasado entré a formar parte del voluntariado
animal de Sedibac, con lo cual se me ha ofrecido la oportunidad de poder llevar
la terapia floral a más animalitos necesitados.
Si alguna de las personas
que leen este blog están en situación de familia adoptante o de familia de
acogida, i consideren que les pueda ser de ayuda la terapia floral, no duden en
enviarme un correo y me pondré en contacto de inmediato. Lo mismo vale para los
centros de acogida que aún no se benefician de la terapia floral. Estoy segura
que desde Sedibac se hará todo lo posible para iniciar una colaboración
beneficiosa tanto para los animales como para los trabajadores voluntarios.
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