Tanto las Flores de Bach, como las esencias de otros sistemas florales, nos ayudan a armonizar nuestro cuerpo con nuestra mente y nuestra alma.
Restablecen nuestro equilibrio emocional, permitiendo que nuestro sistema inmunológico pueda funcionar a un más alto nivel, ayudando así a una rápida recuperación de la enfermedad, en el caso de que la hubiere.
Son útiles para tratar diferentes desequilibrios como:
- Estrés
- Ansiedad
- Miedos
- Fobias
- Irritabilidad
- Adicciones
- Tristeza
- Angustia
- Obesidad
El doctor Bach nos dijo en uno de sus escritos: "Lo que conocemos como enfermedad es la etapa terminal de un desorden mucho más profundo, y para asegurarse un éxito completo en el tratamiento, es evidente que tratando solo el resultado final no se logrará una eficacia total, a no ser que se suprima también la causa básica". (Cúrese usted mismo, Edaf, 2013). ¿Qué nos quería decir con ello? Pues que, además de tratar los síntomas, hay que buscar y tratar las causas reales del desorden o enfermedad.
Para Edward Bach, las primeras enfermedades reales son defectos como el orgullo, la crueldad, el odio, el egoísmo, la ignorancia, la inestabilidad y la codicia. Si no se pone remedio a tiempo, todas estas primeras enfermedades precipitan en el cuerpo físico los resultados perjudiciales que se conoce como enfermedad.
Así pues, con la ayuda de las esencias florales podemos devolver el equilibrio y el bienestar original a nuestro cuerpo, mente y alma.
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